El pasado 9 de diciembre, en nuestra casa, vivimos una noche intensa, llena de esperanza, emoción y lucha. Nuestros Toros del Valle salieron a la cancha con el alma encendida y la mirada fija en la final. Nos enfrentamos a un duro rival como lo es Caribbean Storm, que venía con hambre, pero también con respeto por nuestra casa y nuestra gente.

Desde el primer minuto se sintió la energía en el coliseo, con nuestra afición acompañándonos con una pasión que retumbaba en cada rincón. No hay palabras para agradecer ese aliento que nos empujó durante todo el partido. El primer cuarto fue parejo, con ambos equipos midiéndose y buscando imponer su ritmo. Nuestros muchachos respondieron con inteligencia, destacándose en defensa y moviendo el balón con fluidez. El marcador se mantenía apretado y la tensión se sentía en cada jugada.

Fue en el segundo cuarto donde Storm comenzó a tomar una leve ventaja, gracias a su efectividad desde la línea de tres puntos y a un par de errores que nos costaron caro. Sin embargo, el corazón de nuestros jugadores jamás se rindió. Hayner Montaño, como líder dentro y fuera de la cancha, sostuvo el equipo con su energía, su potencia en la pintura y su incansable actitud defensiva. Sumó rebotes vitales y mantuvo viva la esperanza de una remontada.

En el tercer cuarto, empujados por nuestra afición, logramos recortar la diferencia y meternos nuevamente en el partido. Fue uno de los momentos más emocionantes de la noche. Cada canasta era una explosión de alegría y cada recuperación un grito colectivo de “¡Vamos Toros!”. Raúl Pabón, dirigiendo desde el banco, tomó decisiones valientes que nos mantuvieron a tiro hasta el último cuarto.

Pero el baloncesto a veces es cruel. A pesar de nuestro esfuerzo y del alma que dejamos en la cancha, la efectividad de Storm en los últimos minutos terminó marcando la diferencia. El marcador final fue 70-88 a favor del visitante, un resultado que no refleja lo que fue el corazón de este grupo.

Sabemos que la derrota duele. Pero también sabemos que esta camiseta se lleva con orgullo. Esta temporada nos dejó momentos imborrables, triunfos épicos y una conexión más fuerte que nunca con nuestra hinchada. Nos enfrentamos a gigantes y jamás bajamos los brazos. Este equipo es joven, ambicioso y tiene un futuro enorme por delante.

Gracias a todos los que nos acompañaron en esta travesía. A nuestros patrocinadores, que siguen creyendo en este proyecto. A cada niño y niña que sueña con ponerse esta camiseta. Y por supuesto, a ustedes, nuestra afición, que son el corazón que late detrás de cada jugada.

Volveremos más fuertes.

Esto apenas comienza.

#SomosTorosDelValle